Rebekah Bletsch se estaba ejercitando y corría por una zona de Michigan en 2014 cuando Jeffrey Willis la interceptó, trató de raptarla, pero ante la resistencia de la mujer la terminó asesinando de varios tiros.
Dos años después el sujeto finalmente fue detenido y el pasado lunes se presentó para escuchar la sentencia ante un tribunal repleto que pedía justicia.
Antes de la lectura y de las declaraciones de los familiares de las víctimas, una oportunidad que se le da a las personas más cercanas, Willis, a través de su abogado, hizo valer su derecho y le pidió al juez retirarse del lugar, indica el Washington Post.
El magistrado respetó el deseo del victimario y cuando este abandonaba la sala desató el caos luego de un terrible gesto hacia las hermanas de Rebekah.
De forma desafiante, el sujeto las miró, se llevó una de sus manos a la boca y les lanzó un beso.
Todos reaccionaron con ira, comenzaron los insultos, pero ya no tenían nada que hacer.
“Que se pudra en el infierno”, dijo una de las hermanas cuando le dieron la posibilidad de hablar, mientras la madre de Rebekah mostró todo su enojo asegurando que “este cobarde debería haber estado aquí para escucharnos”.
“Ese es su beso de la muerte. Creo que va a disfrutar de un beso en prisión”, dijo con resignación otra de las hermanas antes de abandonar el tribunal.