Familias.com te ayuda a reconocer cuando tu relación está siendo afectada por esta realidad:
No habla de dinero contigo: De pronto el tema económico ha comenzado a molestarle. Cuando mencionas el tema, surge una discusión o simplemente cambia el tema de conversación.
Maneja el dinero de ambos, sin darte cuenta de nada: Aunque le hayas solicitado compartir la administración de los gastos de su familia, siempre recibes una negativa como respuesta.
Lleva un nivel de gastos alto: Si notas que de pronto tu pareja ha comenzado a gastar más de lo que gana, para «demostrarle» al mundo lo bien que están financieramente, es momento de sospechar.
Descubres que tiene tarjetas o cuentas de ahorro: Si por casualidad descubres una cuenta de ahorros o un estado de cuenta nuevo, es probable que te esté mintiendo desde hace algún tiempo.
Miente acerca de sus ingresos: Realmente desconoces cuánto gana, porque a ti te dice una cosa, pero frente a sus amigos el sueldo (salario) es mucho más de lo que te había comentado.
Se pone a la defensiva a la hora de encarar ciertos gastos: Si tu pareja ha llegado a casa con algo que sabes perfectamente que no podrían costear, pero al momento de consultarle se pone a la defensiva, es momento de comenzar a hablar seriamente en torno al tema.
Se ha vuelto controlador: Sin razón aparente, ha comenzado a pedirte cuentas, para saber en qué, porqué, cómo, cuándo y dónde lo gastaste, llegando incluso al límite de la violencia sicológica.
Si estas viviendo alguna de estas circunstancias es tiempo de aclarar las cosas con tu pareja. Es probable que necesiten recurrir a terapia o alguna consulta con especialistas, porque al igual que una infidelidad con otra persona, deja huellas, se necesita vivir un duelo, volver a confiar en el otro y comenzar a creer en que los planes de vida que hicieron juntos aún están vivos.