Los científicos lo vuelven a aclarar: no es recomendable bañarse todos los días. Según dicen, porque: “Interrumpen los procesos naturales de la piel, el pelo y las uñas, y además supone una gran pérdida de agua habiendo tantas personas en el mundo sin acceso a este bien tan preciado”, resume Teresa Newsome en ‘Bustle’.
‘Los limpios’ lo están haciendo mal. Estos son los motivos que argumentan los expertos para que deje de realizar cada día una actividad que puede ser peligrosa para su salud.
Según se explica, en un día la persona no está sucia. Sin embargo, la presión social hace que los ciudadanos lo hagan siempre. Sin embargo, no saben que la piel ya cuenta con métodos propios para mantenerse limpia y cuando hay exceso en el lavado se afecta a la piel.
Otro de los problemas de bañarse todos los días es que se acaba con las bacterias. Suena bien, pero también hay bacterias buenas. Hay que recordar que el organismo cuenta con la ayuda de una serie de bacterias que se encargan de mantener la piel sana actuando como escudo contra los gérmenes y las bacterias dañinas –sus primas lejanas malas– así como de protegernos de las toxinas de químicos como los jabones, champús, geles, colonias y demás productos de cuidado personal.
El bañarse todos los días también afecta al cabello. El lavado puede afectar los aceites naturales del cabello y lo vuelve opaco, seco o trizado. Así lo afirma Newsome en su escrito.
Lo ideal -según los expertos- es lavar el cabello dos veces a la semana. Aún más, cuando el cabello está fino, débil o dañado. Cuando deje de lavarlo todos los días, verá cómo se reconstruye la salud del cabello.
El lavado del cuerpo de todos los días afecta a la hidratación de la piel. Es más, el agua caliente es cómplice para que la piel se descame y reseque. Tanta agua elimina los aceites naturales de la piel que son imprescindibles para que se mantenga húmeda y saludables. Si no tiene más remedio que ducharse todos los días, procure que nunca duren más de 10 minutos y no con altas temperaturas.
Las uñas también se afectan con el baño diario. Eso ocurre porque absorben el agua de la ducha y tardan en secarse del todo perdiendo sus propiedades.
Y, definitivamente, la más grave de las consecuencias de bañarse todos los días es el ahorro de agua. Según datos de la OMS, una ducha de 10 minutos consume 200 litros de agua, de ahí viene el consejo que gastemos un 150% menos.
Empiece por ducharte un día sí y uno no, y piense que, a no ser que se haya ensuciado a lo loco, algunos expertos defienden que con dos baños a la semana puede ser suficiente.
