La crianza de los niños está llena de consejos y sugerencias relacionados con el acostumbrarse o con el no acostumbrarse.
La mayoría de padres y madres escuchan y leen consejos que recomiendan no hacer según qué cosas para que no se acostumbren y otros que recomiendan hacer algunas otras para que sí se acostumbren.
Para ejemplificar esta situación esta el «No cojas al bebé en brazos, que se acostumbra». Muchos consideran el cargar al bebé en brazos como algo negativo, sin embargo, el portal colombiando El Universal explica que más allá de esa llamada “mala costumbre”, en realidad los brazos y el contacto son una necesidad básica de todo ser humano al nacer.
Ésto se debe a un proceso llamado exterogestación, en el que el bebé, debe permanecer en un entorno similar al que tenía mientras estaba en el útero al menos durante los siguientes nueve meses, hasta que aprende a desplazarse por sí solo.
Segundo útero
“Hasta los nueve meses el bebé humano alcanza el desarrollo al que otros mamíferos acceden a los pocos días de nacer. En este sentido, podemos compararnos con las hembras canguros, que llevan a sus crías durante un periodo intraútero y luego otro periodo similar extraútero, completando el desarrollo que necesita el bebé para lograr los primeros signos de autonomía”, señala la psicóloga Laura Gutman, en su libro La maternidad y el encuentro con la propia sombra.
“Por ese nacimiento antes de tiempo, lo que dispone la naturaleza para seguir gestándonos fuera del útero, es como un segundo útero conformado por el pecho (lactancia) y los brazos de la madre o de un cuidador- no necesariamente de ella-; así que lo que necesita un bebé es contacto con otro ser humano para que le ayude a regular su temperatura corporal, su ritmo cardíaco se haga más normal, respire mejor, se sienta más seguro y protegido”, explica Lorena Beltrán Villamil, estudiosa del tema y confeccionista de portabebés.
Por tanto, un bebé no se malacostumbra a los brazos, sino que los necesita para alcanzar un óptimo desarrollo físico y emocional.
“Ningún bebé necesita ser independiente antes de serlo porque para serlo y actuar como un adulto se debe ser un adulto; los seres humanos somos altriciales, es decir que, necesitamos de cuidado y contacto constantes para poder sobrevivir, a diferencia de otras especies como los peces que dejan los huevos, luego los otros peces nacen y se alimentan ellos solos; un ejemplo como este da Rosa Jové en una de sus conferencias, donde dice que si dejamos en un criadero de pescados comida, ellos cuando nazcan los comerán, mientras en un cuarto con bebés no podemos hacer eso de dejar comida para que ellos mismos se alimenten”, señala Lorena Beltrán.