A no ser que seas ingeniero aeronáutico, probablemente seas incapaz de saber a ciencia cierta si el avión está en buenas o malas condiciones para volar.
Conozca las confesiones de tres asistentes de vuelo de distintas compañías que decidieron sacar a la luz los secretos más sucios.
El café siempre es descafeinado
“La gente no tiene forma de saber si está tomando café con o sin cafeína. No queremos un vuelo lleno de pasajeros nerviosos, lo que queremos es que se duerman”, confesó Alison, y Brian lo reitera: “Un buen número de asistentes de vuelo son bastante vagos a la hora de preparar cafeteras de café descafeinado por separado.
No pasa nada si no apagas el celular
Los expertos aseguran que se puede consultar el correo electrónico o enviar un mensaje durante el despegue o aterrizaje pues no ocurrirá una catástrofe. Al menos así lo asegura Brian quien afirma haberlo hecho «un millón de veces».
¿Desea tomar té o café?
«El agua que utilizamos para hacer el café es bastante asqueroso. Se bombea desde un tanque grande que me imagino que no se limpia muy a menudo», describió Brian.
Alison va un poco más allá explicando que «sale de los mismos tanques de almacenamiento del avión así que, básicamente, el de las infusiones o el café es el mismo agua que utilizan para los baños», y advierte, como comentaba el asistente de abordo, que «los tanques no se limpian casi nunca».
Limpian el inodoro con pan
«Nunca, nunca, nunca comas el pan de la cena. He visto a varias aeromozas limpiar la taza del inodoro con ellos. Los llamamos el ‘suéter púbico’, aclaró Nancy.
Aceptan propinas y hay recompensa
«Podemos hacer que la experiencia de vuelo sea mucho mejor si queremos”, dijo Alison. Idea apoyada por Nancy quien agregó que pueden dar bebidas gratis y galletas calientes a quienes quieran, «aunque oficialmente son sólo para pasajeros de primera clase».
Venganzas olorosas con los pasajeros
Sí, los tripulantes de cabina son humanos, y como tales, tienen sus necesidades fisiológicas.
La inmensa mayoría espera tener un rato de descanso en su zona o incluso acudir al servicio entre vuelo y vuelo, pero hay veces que, como suele decirse «se escapan».