Hay quienes aseguran que juzgar a otro antes de conocerlo no es del todo recomendable, realmente opinar sobre la fiabilidad de una persona basándote nada más en su cara, puede ayudarte a reconocer si una persona es honesta o deshonesta.
¿Cómo funciona eso? De acuerdo con investigadores de la Universidad de Columbia, las personas internalizan los juicios rápidos que el mundo hace sobre ellos, y comienzan a actuar en consecuencia.
Por ejemplo, si una persona es vista como honesta, tienden a empezar a actuar de manera más honesta. Por otro lado, si ellos son vistos como deshonestos, empiezan a actuar de esa manera, lo que significa, en cierto modo, que el mundo en general es el culpable de sus mentiras, según la Universidad.
«Por supuesto, no todos los juicios de cada rostro son correctos, y las personas carentes de fundamento, son susceptibles a juzgar a los demás por su apariencia. Pero encontrar evidencia de la relación entre las caras y la honestidad nos llevó a profundizar en por qué este vínculo podría surgir». Explicó Michael Slepian, autor del estudio.
Los resultados del estudio mostraron que personas con caras de confianza actuaron más honestamente, en parte porque se espera que sean de confianza, y quería estar a la altura de esas expectativas, aseguró Daniel Ames, el coautor del estudio.