Erik Rubín ha estado casado por 21 años con la bella animadora de Hoy, Andrea Legarreta. Y ambos han reconocido que para llegar a eso han tenido que tragarse varios momentos de amargura. Aunque son más los momentos de alegría con la bella familia que formaron. Pues tienen dos hijas: Mía y Nina.
Sin embargo, antes de que Erik se casara con Andrea, el cantante y productor tenía fama de suertudo con las mujeres. No en vano, pues estuvo envuelto en un escandaloso triángulo amoroso, con nada más y nada menos qué, Paulina Rubio y Alejandra Guzmán.
«Terminé con Paulina”
Rubín estuvo en entrevista con el programa Ventaneando, en el cual recordó el viejo romance, y contó qué fue lo que pasó con Guzmán y Rubio. Él admitió que en un inicio fue novio de las dos cantantes, y empezó a tener problemas para decidirse con cual quedarse, pues sentía que a ambas las quería.
“Lo que pasa es que andaba con Alejandra. Había tenido algo que ver con Paulina, pero después empecé a andar con Alejandra. Y le puse pausa a lo de Paulina. Después terminé con Paulina”, confesó el artista.
Pero la relación que tenía con la ‘Chica dorada’ era difícil de romper, pues ambos integraban el exitoso grupo Timbiriche, y tenían que convivir por largo tiempo. Debido a eso, decidió retomar su relación con Rubio.
«Me había abierto su corazón y yo el mío”
“Creo que también tuvo que ver la convivencia porque con Paulina estaba de viaje todo el tiempo. Era muy difícil ya que había habido chispa”, recordó. También dijo sentirse un hombre afortunado, pues tuvo la oportunidad de estar como pareja de exitosas artistas del país y en su mejor época.
Además, salió a relucir el nombre de otra celebridad, Thalía, pero aseguró que con ella no tuvo una relación de novios como tal, sino qué, «sólo “salíamos”. Luego de eso, Erik dice que encontró al gran amor de su vida, Andrea Legarreta, por quien dice, sintió lo que nunca había sentido con otra mujer.
“Hubo una conexión importante, creo que los dos queríamos lo mismo. Nos encontramos en un momento en el cual, aunque nos conocíamos, en ese momento de nuestras vidas queríamos lo mismo. Fuimos muy transparentes, ella me abrió su historial, yo el mío. Y ahí fue donde me di cuenta de que no iba a descubrir, a encontrarme nada más adelante. Porque me había abierto su corazón y yo el mío”, concluyó.
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