Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta, fucsia, cornalina, verde, entre otros, son los colores que durante más de seis décadas en el torno ha primado la vestimenta de la reina Isabel II. En otras palabras, su estilo se ha asociado a bloques de colores brillantes y con patrones que sobresalen sobre el resto.
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Isabel II indica que su deber es destacar para que así los asistentes del lugar puedan verla. Se puede evidenciar en fotos de la realeza donde rara vez un miembro de la misma logra opacarla.
¿Por qué no usa beige?
«Jamás puedo usar beige porque nadie sabrá quien soy», habría señalado la soberana inglesa alguna vez. Sin embargo, otra teoría recoge que sus colores van de la mano con la diplomacía.
El medio CNN apunta que Isabel es una maestra en la diplomacia del vestuario. Ella emplea colores y símbolos para honrar a una nación o para mantener la neutralidad.
Accesorios
No solo el color de su atuendo comunica, los accesorios juegan un papel fundamental. Sus paraguas llevan bordes multicolores personalizados para que incluso la reconozcan cuando llueve.
Además, incorpora el uso de pañuelos de seda caleidoscópicos, muchos de la marca francesa Hermes. Finalmente, sus incontables sombreros se han caracterizado como parte fundamental de su vestir.
La encargada del atuendo de la reina, desde 1994, es Angela Kelly. Conjuntamente con su equipo lleva un registro de cada prenda hecha a medida; comprueban materiales para así determinar desgaste y función.
Contrario a lo que se piensa, Kelly argumentó que Isabel II es ahorrativa y usa varios de sus atuendos cada año en repetidas ocasiones. Los colores oscuros se reservan para bolsos o zapatos.