Las quemaduras de la adolescente rusa Sveta “Ugolyok” cubren aproximadamente el 50 por ciento de su cuerpo, y son un amargo recuerdo de los traumas y abusos infantiles que sufrió de niña. Ahora que ha cumplido 18 años, está lista para convertirse en modelo, como muestran estas imágenes grabadas el jueves 5 de julio en Moscú.
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«Quería ser modelo, pensé que [mi apariencia] podía tener demanda. Sí, tengo unos cánones que no son los normales, pero esto no significa que no pueda ser modelo. Al contrario, llaman la atención cuando se trata de ser modelo», dijo Sveta, cuyo verdadero nombre es Svetlana Alekseeva.
Las reacciones tras su primera incursión en el mundo de las modelos ha sido en gran medida positiva. «Algunos dijeron cosas ofensivas, por supuesto, no es del gusto de todos. Algunos me escribieron con admiración, cosas para darme ánimos a seguir, seguir haciendo lo que estaba haciendo», reconoció la joven.
El futuro no siempre lució esperanzador para Svetlana
Cuando tenía cuatro años, un accidente la dejó con un 50 por ciento de su cuerpo quemado, y con cicatrices que todavía lleva en el día de hoy.
«Mi madre fue a un supermercado a comprar pelmeni. Mientras tanto, se hizo de noche y decidí encender una vela, ya que tenía miedo a la oscuridad. Cuando encendí la vela, recordé que mi madre solía deshacerse de los hilos sueltos de su ropa quemándolos. Decidí hacer lo mismo con mi camisón: era un tejido sintético. Así que quise quitarme un hilo suelto, pero en lugar de quemarse, continuó ardiendo»
Cuando su madre regresó, la ropa de Svetlana ya estaba fundida sobre su piel. Svetlana fue trasladada de urgencia al hospital, donde permaneció en coma durante dos meses.
«No podía hablar, no podía caminar. Tenía grandes cicatrices que parecían una especie de marcas que tienen algunos animales. Y no podía sentir mis manos ni ponerlas rectas, ni mis piernas tampoco”, recuerda la modelo.
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A lo largo de toda su convalecencia, la madre de Svetlana no visitó a su hija en el hospital ni una sola vez, y no pudo convertirse en su donante de piel para el trasplante debido a su alcoholismo.
La joven siguió sufriendo durante años el abandono a manos de su madre, antes de ser enviada a un orfanato. No fue el final de sus problemas ya que Svetlana fue señalada por los otros niños debido a su apariencia.
Desde entonces ha llegado a una conclusión: ”Si la sociedad te presiona y te intimida solo porque tienes algo diferente, esto no significa que tengan razón».
Svetlana vive ahora en Moscú con su novio, a quien conoció en internet.
Una oportunidad para el amor
«Esta fue la primera vez en mi vida que alguien me dijo que no era fea. Por el contrario, me dijo que era genial que no fuera como otras personas”.
Ella también relata una cruel experiencia de bullying, pero de la cual sacó fuerzas. «Un día, un amigo cercano se me acercó y me dijo: ‘Sveta, tengo un apodo para ti, es un tanto irónico y no ofensivo: Ugolyok [pequeño trozo de carbón]’. Eso fue hace dos años. Y recientemente lo recordé y me di cuenta de que es muy lindo y tiene una especie de ironía en sí mismo. Me gusta”.