El actor británico Christian Bale pasó de interpretar al fornido Batman a convertirse en un tipo gordo y calvo. Para su cambio extremo, Bale aceptó que comió todos los pasteles que encuentra y raparse completamente la cabeza ha sido lo que ha hecho para llevar a cabo su última transformación.
A pesar de que Bale, de 43 años, aseguró que no se sometería a más cambios físicos radicales, ha vuelto a llevar a su cuerpo al extremo.
¿El motivo?
Christian Bale protagonizará Backseat, película donde da vida a Dick Cheney, vicepresidente de Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, y que está en fase de rodaje.
«No sé por qué he vuelto a hacer esto otra vez. Dije que no podría hacerlo de nuevo, pero el bastardo de Adam McKay [director de la película] escribió un guion tan bueno que no pude negarme», ha declarado Bale a la agencia Reuters.
«Traté de encontrar razones para decirle que no, pero él siempre tenía una respuesta para mí. Al final dije: ‘Maldición. Tiene razón, tengo que hacerlo».
Esta transformación es la última de una larga lista. En 2004, el actor perdió 30 kilos y redujo hasta límites poco recomendables sus horas de sueño para convertirse en el esquelético protagonista de El maquinista.
A los pocos meses recuperó todos los kilos que había perdido y trabajó sus músculos para dar vida a Batman en Batman begins.