«Os regalo el nuevo sencillo de mi sobrina de Perú», escribía Alejandro Sanz en Twitter en abril anticipando el lanzamiento de ‘Danza animal’, de la joven intérprete y compositora Ania, un primer disco marcado por el tropical house y el trap.
«Es muy raro que me felicite Rubén Blades, que canta salsa, o Alejandro, que es un poco más de baladas. No son para nada mis referentes, pero eso hace que sus palabras sea aún más chéveres», afirma esta artista de pop electrónico que se llama realmente Vania Mitre (Lima, 1994) y que será una de las protagonistas musicales del WorldPride madrileño este fin de semana.
Como hija del músico peruano de raíces libanesas Fahed Mitre y de la empresaria y ex-Miss Perú Marisol Martínez, Ania conoce al autor de ‘Corazón partío’ desde los 9 años.
Fue en 2014 cuando dio sus primeros pasos artísticos como concursante de la segunda edición de ‘La Voz Perú’, tras ser inscrita por sorpresa por su madre como forma de vencer su vergüenza a cantar en público.
Tras su paso (breve) por el concurso, viajó a México para grabar algunos temas y allí conoció a su actual representante. De su mano empezó a trabajar ya en 2016 en este proyecto, compaginando clases de piano, de baile, de guitarra, de piano, de improvisación… todo a la vez que culminaba su tesis.
También fue su mánager quien encontró al español Ed Is Dead y este ejerció como principal compositor y productor del álbum, alcanzando un sonido nuevo y fresco que combina pop electrónico, elementos de tropical house y el tan cacareado y al mismo tiempo inefable trap.
El resultado es un disco autoeditado de diez canciones, tres de las cuales vienen firmadas por ella, con un acabado muy sinuoso. «Es cierto que se siente esa onda, pero yo no me considero para nada una persona sensual», asegura Mitre, quien incluye una canción sobre sexo casual, pero que sobre todo habla de superación.
«El disco representa el camino que he seguido para ser yo misma, pasando por momentos buenos, malos y horribles», explica, antes de aclarar que el sencillo «Danza animal» versa sobre los ataques de pánico que ella misma solía sufrir. «Estaba muy mal y superar la sensación de querer pasar todo el día llorando tendida en la cama es un proceso que cuesta», apunta.
En su recuperación ayudó mucho ganar confianza encima de las tablas. «Soy tan feliz cuando subo encima del escenario… Es como si fuese otra persona, donde me siento pez en el agua», asevera Ania, que en este disco juega a mostrar su lado sensible y vulnerable y su yo animal, «el que te lleva a sobrevivir, a superarte, a atacar y a saltar».
Por su música, que invita a bailar y tiene cierto toque tribal, pronto se granjeó el apodo de la «Rihanna peruana». «Es una diosa, pero nunca pensé que sería una artista con la que me compararían», afirma Mitre, personalmente más influida por la danesa Mo, así como por Diplo y Dua Lipa.
Mañana, en Madrid, será una de las participantes del primer WorldPride español. «Es un honor estar acá y ser parte de una celebración del amor y de la diversidad y del respeto. De eso trata la vida», apostilla.
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