Rápidos y furiosos se ha convertido en una de las sagas más taquilleras de la historia. Desde que se estrenó la primera entrega en junio de 2001, han pasado 16 años, 8 películas y decenas de actores, muchos de los cuales ‘murieron’ a lo largo de la trama.
Cuando la primera película llegó a los cines, Dominic Toretto (Vin Diesel) y Brian O’Conner (Paul Walker) tuvieron que unirse al final para hacerle frente a Johnny Tran (Rick Yune), el líder de una banda de asiáticos que controlaba un vecindario de California. A causa de ese conflicto murió Jesse (Chad Lindberg), miembro de la ‘familia’ de Toretto.
La segunda muerte dolorosa llegó en la cuarta película de la saga, cuando Letty Ortiz (Michelle Rodriguez) muere por involucrarse con una banda de narcotraficantes. Al enterarse de la noticia, Toretto regrese a su viejo vecindario buscando venganza. Poco después se sabe que Letty en realidad no murió, sino que solo perdió la memoria.
Más ‘muertes’. Ya en Brasil, la ‘familia’ tuvo que afrontar la muerte de otros de sus integrantes. Vince (Matt Schulze) perdió la vida al verse en medio de un ataque de narcotraficantes que buscaban acabar con sus amigos.
En la siguiente película le tocó el turno a Gisele (Gal Gadot), quien se alejó del mundo criminal para trabajar junto a Toretto en un caso policial en Londres. Se sacrifica para salvar a Han (Sung Kang) de uno de los hombres de Owen Shaw. Su pareja queda devastado y poco después muere a manos de Deckard Shaw (Jason Statham).
Brian (Paul Walker) falleció en la vida real durante el rodaje de la séptima parte de la saga y tuvieron que adaptarla y en Rápidos y Furiosos 8 no aparece porque se retiró del grupo.
Quienes han visto Rápidos y furiosos 8 sabrán que un nuevo miembro de la ‘familia’ pierde la vida, pero nos ahorramos el spoiler y le recomendamos ir al cine.