Renee Zellweger impactó hace un tiempo por lo que se hizo en la cara. Era obvio: en una industria donde las mujeres de más de 35 están descartadas para ser la pareja de un hombre más joven en las películas y donde las de menos de cuarenta lo serían de un hombre maduro, la presión es plausible.
Por supuesto, la actriz llegó a quejarse, como sus colegas, de la intromisión de la prensa y la gente sobre su aspecto. Al igual que Jennifer Aniston, Lena Dunham y otras actrices, habló abiertamente de cómo su cuerpo ha llegado a ser «propiedad pública» de extraños.
“No es un secreto que el valor de las mujeres fuera medido históricamente por su apariencia, que si muy flaca, muy gorda, vieja, con celulitis, una cirugía facial escandalosa, gordita o embarazada”, afirmó ella en su columna «Podemos hacerlo mejor». También abrió el debate sobre todo lo que implica esto para una mujer en la sociedad.
Sin embargo, ella insiste que jamás se hizo cirugía alguna. Cuando sorprendió al mundo en los premios Elle para la Mujer, solo dijo que estaba «preocupada». «Estuve con una amiga que tiene Esclerosis Lateral Amiotrófica. Fuí porque ella quería que yo fuera con ella, y quería probarse a sí misma que no estaba derrotada con esta enfermedad.
«Eso era en lo que estaba pensando ese día», le dijo al Daily Mail. «No pensaba sobre qué me decía la gente. Pensaba en mi amiga». Añadió a su vez que nunca ha temido al envejecimiento. «Pienso que una mujer es más interesante mientras madura. La belleza joven y superficial es celebrada como un logro, pero solo es un momento de tu vida».
«Cuando maduras, no solo envejeces. Te conviertes en más de lo que se supone que vas a ser, tu mejor versión y más interesante. Es una belleza más poderosa y valiosa. Además, estoy interesada en lo que viene luego para mí», dijo la actriz en entrevista.
Asimismo, la actriz dijo que quería pasar más tiempo con su familia y hacer caridad en Liberia, una experiencia que le cambió la vida. Por eso se lo pensó mucho al volver con «Bridget Jones».