Mimi Tao se llamó alguna vez Phajaranat Nobantao. Pero nunca le gustó ser un niño. De hecho, le encantaba ser una niña. Y como sus padres no eran ricos, la enviaron a un templo budista, en un entrenamiento que duró seis años.
Pero al estar junto con otros 200 jóvenes y en ese tiempo de contemplación, decidió que debía seguir a su corazón. Y quiso cambiar del todo.
Pasó de verse como un budista cualquiera a una supermodelo:
A escondidas, comenzó a ponerse lápiz labial y comenzó a tomar anticonceptivos. Le comenzaron a crecer los senos. Se lo reveló todo a su madre y comenzó a buscar empleo como modelo. Trabajó en un espectáculo de cabaret. Envió su perfil a agencias en Europa, pero no tenía cómo irse. Por eso se mudó a Singapur.
Tiene más de cinco mil seguidores en Instagram. Y aún así, afronta el rechazo, tal y como se lo contó a la BBC.
En la galería verán más detalles de su historia.