La avena y el yogur natural no sólo representan una gran fuente de proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales, sino que cumplen un rol fundamental en el adecuado funcionamiento del sistema digestivo.
Esto gracias a sus componentes que mejoran y facilitan el proceso de digestión y protegen la microbiota intestinal.
La avena, por un lado, contiene una gran cantidad de fibra que contribuye al correcto tránsito intestinal, y por ende ayuda a prevenir enfermedades a nivel digestivo; mientras que el yogur natural favorece al desarrollo de la microbiota intestinal y ayuda a controlar la aparición de numerosas enfermedades intestinales como indigestiones, flatulencias, diarreas, etc.
La salud digestiva
Es por ello que en el contexto del Día Mundial de la Salud Digestiva, que se conmemora el 29 de mayo, Adriana Brito, nutricionista de Vita, explica sobre los beneficios de estos productos naturales y cómo incorporarlos en la dieta diaria para mantener una buena salud digestiva.
“Sus diferentes propiedades que van desde el aporte de fibra y proteínas hasta su alto contenido de probióticos, hacen que en conjunto sean alimentos completos y muy beneficiosos para la salud digestiva. Además, representan marcadores de protección cardiovascular y de enfermedades metabólicas”, añade la especialista de Vita.
Sobre las propiedades de la avena y sus efectos en la digestión
La avena tiene muchas propiedades nutricionales, antiinflamatorias y digestivas. La nutricionista de Vita señala que su consumo diario permite una motilidad intestinal adecuada y contribuye a mantener la correcta función de la microbiota intestinal. Cumple funciones como el retraso del vaciamiento gástrico, logrando un efecto de saciedad óptimo, lo que permite también la pérdida y control de peso.
Su gran contenido de lecitina y fosfolípidos, explica Adriana Brito, es de gran importancia para el funcionamiento del sistema digestivo, ya que ayuda a disminuir los niveles de colesterol.
La avena tiene gran cantidad de fibras solubles que interactúan con la microbiota intestinal. Estas fibras, por ejemplo, retienen agua y al fermentarse en el intestino grueso dan paso a un correcto movimiento del intestino y por ende mejoran su evacuación.
Reduce riesgo de inflamación del intestino
Otro de los beneficios de la fibra alimentaria (especialmente la insoluble) es que puede reducir el riesgo de diverticulitis, una inflamación del intestino, en aproximadamente un 40%.
La fibra de la avena puede ofrecer alivio al Síndrome del Intestino Irritable (SII). Los mucílagos son sustancias emolientes que ablandan y desinflaman las mucosas internas.
La avena también tiene micronutrientes como la Vitamina E y compuestos fenólicos que son importantes antioxidantes que protegen al organismo de la formación de radicales libres asociados a procesos inflamatorios.