La educación virtual de calidad requiere de planificación y organización académica, que le permita al estudiante saber qué hacer y cómo hacerlo, además de sentirse acompañado por el docente en el proceso. Así lo indica Nancy Crespo, Directora del Centro de Educación Virtual de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, quien nos explica el proceso que se lleva adelante en esta institución.
¿Qué es la Educación Virtual para la PUCE?
Hace algún tiempo se ha trabajando en la Educación Virtual, esta es una modalidad de estudio que ya se hallaba presente en varios ámbitos tanto académicos como laborales, algo que ya se veía en el mundo, y con la pandemia pues se aceleró. El objetivo estratégico de la PUCE, en primera instancia es mantener un ambiente de aprendizaje en dónde la tecnología y herramientas son necesarias, pero que sobre todo posea una planificación y docentes altamente capacitados para enfrentar este nuevo reto de educar de forma remota.
Para la PUCE, el agente de cambio en un modelo educativo es el maestro, quien además contar con el apoyo institucional para ofrecer a sus estudiantes no solo educación de calidad, sino también el apoyo emocional y el acompañamiento necesario en educación remota.
Desde la PUCE se desarrolla actualmente una variada oferta de cursos, herramientas y materiales para aprendizajes en ambientes virtuales, no solo para los docentes, sino también para estudiantes y administrativos; esto acompañado de un nuevo ambiente virtual y de nuevos procesos educativos permitirá que estemos preparados tanto para aplicar modelos de educación remota, como modelos presenciales.
La PUCE tiene muy en claro que uno de los mitos sobre la Educación Virtual es que el estudiante se siente solo en un ambiente educativo y no hay una comunidad de aprendizaje, por ello para la Católica la presencia del profesor y su planificación de actividades que permitan desarrollar en sus estudiantes aprendizajes significativos y colaborativos es vital.
¿Qué pasa con los estudiantes?
La pandemia obligó a las universidades en todo el mundo a realizar un cambio súbito en sus modalidades, en muchos casos ir de la educación presencial a la educación remota; una cosa es tener educación presencial con aulas virtuales de apoyo y otra cosa es una educación remota como la que estamos haciendo ahora, dada la coyuntura. Es por eso que la capacitación no solo va al profesor sino también al estudiante, ya que si bien se habla de generaciones de estudiantes que son nativos digitales no necesariamente tienen desarrolladas destrezas y habilidades necesarias para aprender en ambientes virtuales.
Por ello, la planificación es clave para que los contenidos de cada clase sean interesantes, motivadores y sobre todo útiles para los estudiantes.
Por lo pronto, elaboramos una planificación que nos ha permitido cerrar el semestre; pero también estamos tomando ventaja y hace cuatro meses empezamos a trabajar para un nuevo semestre que inicia en agosto y que sin duda brindará más beneficios para toda la comunidad PUCE.
En la PUCE, cuando trabajamos en aulas virtuales tenemos una idea muy clara: una cosa es un repositorio y otra es el aula virtual. Este último, es un espacio organizado, que requiere de claridad académica.
Dentro de cada clase se detalla el trabajo desde como mantener las cámaras prendidas y promover la interacción hasta el apoyo económico necesario para que los jóvenes no abandonen sus carreras. Este trabajo como universidad nos ha ayudado siempre a mantener en ejercicio nuestro lema: aprender más para servir mejor.
Es un nuevo mundo, una nueva normalidad, hasta hace unos 10 años, la docencia manejaba una pedagogía diferente. Ahora, en la PUCE aplicamos neurociencia, que es el cómo aprenden los seres humanos de mejor manera. Creemos que donde hay un vínculo emocional hay aprendizaje, la conexión genera un compromiso para aprender. Donde me siento mejor, aprendo mejor, y es lo que estamos desarrollando con profesores.
El profesor sabe que por cada hora de clase, se destina un número de horas en que el estudiante debe trabajar de manera autónoma, pero para este trabajo, se requiere un trabajo organizado desde la planificación académica, no se trata de cantidad sino de calidad en recursos, herramientas y actividades en el aula virtual.
¿Qué ventaja adicional nos brinda este entorno virtual?
Con el uso de herramientas o plataformas tecnológicas como las que usamos en PUCE, los procesos se vuelven más transparentes y arrojan también datos que nos sirven para mejorar continuamente en el proceso educativo. Por ejemplo, podemos monitorear el ingreso del docente y estudiantes en la plataforma, cuánto tiempo permanecieron conectados, cómo se está trabajando con recursos y actividades, entre otros factores. Cuando la plataforma se toma como una herramienta que es parte de un proceso educativo planificado, los resultados son diferentes.