Poliestudios, una plataforma de enseñanza innovadora, y la Fundación Azulado, una organización sin fines de lucro, unen esfuerzos con el objetivo de combatir esta problemática que afecta a la sociedad ecuatoriana en todos sus ámbitos. “En un mundo ideal, el abuso sexual infantil no debería existir”, afirma Paulina Ponce, directora ejecutiva de la Fundación Azulado.
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A través de un programa educativo, dirigido a docentes, profesionales de la salud, la alianza contribuirá a la prevención, diagnóstico y tratamiento del abuso sexual infantil. Este programa, avalado por la Facultad de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito, se implementará bajo la modalidad de seminario virtual y tendrá una duración de cinco meses, en los que se cumplirán 12 módulos y sesiones.
“Es importante que las personas involucradas en este ámbito estén capacitadas y comprendan la complejidad de esta problemática, mediante el análisis de experiencias reales”, señala Verónica Jiménez, directora académica de Poliestudios.
De acuerdo con las estadísticas de UNICEF, alrededor del 95% de los niños no logran comunicar lo sucedido a sus padres y en el 65% de los casos son víctimas de abuso por parte de un familiar cercano. Por esta razón, el curso se enfoca en brindar técnicas y herramientas de prevención, evaluación psicológica y social a los participantes, a fin de mejorar la calidad del diagnóstico y planificar una oportuna intervención individual y familiar.
Prevenir jugando
Las dificultades que enfrentan los profesionales y los padres de familia para abordar esta problemática con los niños inciden, en gran medida, en que no se hable del tema y el silencio se apodere de la situación. Poliestudios y la Fundación Azulado, a través de su innovadora propuesta, diseñaron elementos lúdicos que favorecen al acercamiento con los niños, por medio del juego.
El kit ‘Mi Escudo’ y la caja de ‘Muñecos sexuados’ son los materiales pedagógicos que recibirán los participantes del curso para ayudar a los niños a protegerse ante los riesgos del abuso sexual, a la comunidad adulta a capacitarse sobre su responsabilidad en la prevención y tratamiento de esta problemática. A través de dinámicas y actividades, estos materiales fortalecerán el aprendizaje, la prevención y la detección temprana de riesgos.
Un estudio realizado por la Universidad San Francisco de Quito, que midió la retención de conocimientos en los niños, determinó que la mayoría de los niños recuerdan los conceptos de autoprotección al finalizar el programa de 12 semanas, en un porcentaje estadísticamente significativo y estos conceptos se mantienen hasta 6 meses después.