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El marchista ecuatoriano, Claudio Villanueva, concluyó ayer en el último lugar la prueba de los 50 kilómetros de marcha en los Juegos Olímpicos de Tokio debido a problemas físico. Entre lágrimas de emoción cruzó la meta y se llevó los aplausos no solo de 17 millones de ecuatorianos si no de usuarios en el mundo a quienes dio ejemplo de perseverancia.
Un día después de su hazaña, el azuayo de 32 años, emitió un comunicado en su cuenta de Facebook. En la publicación recordó a su entrenador, Luis Chocho, quien falleció en febrero pasado a consecuencia del COVID-19.
<strong>«Lucho me sigue sacando lagrimas le necesito pero tendré que irme acostumbrando a la nueva vida sin usted»</strong>
Lamentó la partida de su entrenador y que después de ello llegaron sus lesiones: rotura en su isquiotibial izquierdo, bursitis y tendinitis en sus dos rodillas. Así compitió ayer. Ante ello, Villanueva se responzabilizó pero de no notificar a las autoridades para que tomen en cuenta.
<strong>«Quería salir de esto sin avisar a nadie, no me gusta dar problemas. Me gusta trasmitir que todo va bien, pero se me fue de las manos y cuando aviso ya fue demasiado tarde».</strong>
Agradeció a los especialistas, a su actual entrenador, a su equipo, a su madre, esposa e hijos por el apoyo. «Nunca me abandonaron en los momentos difíciles que pasaba».
Por otro lado, pidió disculpas a la prensa por no querer dar entrevistas ante dicha situación.
<strong>«Renunciar a Juegos Olímpicos no pasaba por mi mente porque el amor al deporte es más grande»</strong>
Villanueva terminó la prueba como un héroe, entre lágrimas y aplausos. Cruzó la meta tras marchar casi cinco horas lesionado.
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Sin embargo, decidió completar el recorrido por lo que demostró tener la actuación más espectacular del país en una disciplina olímpica.
Los presentes se rindieron a sus pies mientras él señaló al cielo, dedicándole su hazaña al padre de Andrés Chocho.