El fútbol de Argentina vuelve a estar en la palestra por la violencia en las canchas. Aunque esta vez no fue a nivel profesional, la golpiza que recibió un árbitro en la liga de Clorinda, provincia de Formosa, es para dar a conocer y repudiar el actuar de los fanáticos.
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Todo comenzó cuando el juez del partido cobró un penal a favor del modesto Primero de Mayo. Una vez que el cuadro visitante marcó el tanto que los puso en ventaja, los fanáticos de Hertelendy, club que estaba de local y que juega con la camiseta de Boca Juniors, saltaron al terreno de juego a buscar al árbitro.
Cuando ingresaron a la cancha, se armó la batahola. Un grupo de cerca de quince hinchas se acercó al árbitro y empezó a darle golpes de puños y patadas al juez. Al momento de percatarse de las agresiones, la policía se acercó a separar y poco pudo hacer. Los fanáticos también las emprendieron contra ellos.
La situación estaba descontrolada y el árbitro tuvo que salir corriendo a su camarín. Pero ni eso calmó a los forofos, quienes le botaron la puerta y empezaron a lanzarle objetos. Fue ahí cuando los propios jugadores y el resto de los hinchas tuvieron que calmar el panorama.
En Clorinda buscan a los responsables de la paliza
Aunque la escasa seguridad que había en el recinto ayudó a que los hinchas puedan entrar al terreno de juego, en la liga cloridense siguen buscando explicaciones. Alejo Espinoza, dirigente del torneo, aseguró estar «horrorizado» por el «bochornoso acto». Además, dijo que los agresores estaban «borrachos y drogados».
Aunque sólo existe una detención oficial, los hinchas que agredieron al árbitro ya están identificados. Espinoza, en tanto, llamó a los clubes a hacerse responsable de sus fanáticos y «prohibirle el ingreso a la cancha».