Un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló hoy el proceso de adaptación de los murciélagos hematófagos, llamados «vampiros», que evolucionaron no solo genéticamente sino a través de su microbiota para lograr alimentarse únicamente de sangre.
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La casa de estudios indicó en un boletín que, para ser capaces de aprovechar un alimento bajo en ciertos nutrientes como aminoácidos esenciales y vitaminas, y alto en otros como sales y hierro, estos murciélagos se ayudan de una serie de microorganismos que habitan su tracto digestivo y les ayudan a digerir la sangre.
Carlos Arias Ortiz, investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) unidad Morelos de la UNAM, y Blanca Taboada, también del IBt, entre otros expertos, participaron en un estudio en el que analizaron las adaptaciones que ha tenido la especie Desmodus rotundus.
Además, ese organismo tiene una característica diferente a la de la mayoría de los quirópteros de esta familia previamente caracterizados, y es la capacidad de resistir infecciones virales.
Arias Ortiz explicó que la contribución de su equipo «fue la caracterización bioinformática y el ensamble de algunas regiones del genoma del vampiro, así como la caracterización de la presencia de elementos virales endógenos».
El ganador del Premio Nacional de Artes y Ciencias en 2014 señaló que, al comparar los genomas del vampiro y los murciélagos de la fruta, se hizo evidente que consumir un tipo único de alimento requiere adaptaciones, sobre todo cuando se trata de una dieta hematófaga.
«La sangre contiene mucho hierro unido a la hemoglobina, lo que puede ser nocivo en grandes cantidades, por lo que las bacterias del vampiro expresan en mayor cantidad una proteína que se llama ferritina, capaz de unirse al hierro», precisó.
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Retos
Otro reto al que se enfrentan estos organismos es la alta producción de compuestos nitrogenados, principalmente la urea, que se deriva de la digestión de grandes cantidades de proteína en la sangre.
Esto, sumado a la alta concentración de sales, que produce un efecto osmótico -de retención de agua-, podría llevar a daños renales con aumento en la presión sanguínea si no fuera porque la microbiota del vampiro contribuye a sortear esta situación.
A estas características se añade un sistema inmune único, que incluye un alto número de bacterias capaces de producir sustancias antivirales.
Desde hace mucho tiempo, los murciélagos han sido estigmatizados como portadores de la rabia y de varios virus patógenos, por lo que son considerados un problema.
Sin embargo, las características de su sistema inmune hacen que transporten muchas menos infecciones virales de las que se pensaba, resaltó Arias Ortiz. EFE