El gobierno de Estados Unidos está paralizado porque el presidente, Donald Trump, quiere US$6.000 millonespara cumplir con su promesa de campaña: construir un "grande y hermoso muro" en la frontera con México.
Pero los legisladores demócratas se niegan, lo que ha generado duros intercambios con el presidente, quien ayer mismo abandonó una reunión con líderes demócratas sobre el tema tras solo 14 minutos.
Trump viaja hoy a Texas para defender desde allí sus argumentos sobre la necesidad del muro.
Sin embargo, lo que quizás no sea tan conocido es el hecho de que ya hay más de 1.000 kilómetros de muros, vallas y barreras fronterizas cuya construcción comenzó hace décadas y cuyo alcance puede verse de forma gráfica en el mapa que encabeza esta nota.
Lo que ya existe
Desde la década de los 90, y a lo largo de diferentes gobiernos republicanos y demócratas, se ha estado instalando "infraestructura táctica fronteriza" -como se denomina en un informe del Servicio de Investigación del Congreso- que ya atraviesa una tercera parte de los 3.142 km de frontera entre ambos países.
Esta infraestructura incluye obstáculos vehiculares, vallas y alambrado para evitar el paso peatonal, carreteras de vigilancia, puestos de control y otras instalaciones para "impedir actividad ilícita a través de la frontera".
No todo es una barrera continua. Hay porciones que cruzan desierto, zonas agrícolas, una combinación de obstáculos en torno a pueblos y ciudades, y mayor refuerzo en los puestos fronterizos autorizados.
Incluso hay vallas que se adentran en el océano Pacífico, autorizadas en 1996 por el entonces Servicio de Inmigración y Naturalización, a través de un acta para separar las áreas urbanas de San Diego en EE.UU. y Tijuana en México.
La valla, de materiales resistentes al agua y óxido, dividen la playa y se adentran unos 100 metros en el mar.