Un curioso hallazgo ha vuelto a llamar la atención sobre los días en que Vladimir Putin, hoy presidente de Rusia, trabajaba como espía soviético.
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Se trata de un carné de la Stasi, el órgano de inteligencia de la entonces Alemania Oriental durante la Guerra Fría, cuando ese territorio estaba bajo el mando del régimen socialista soviético.
La Stasi se ganó una oscura fama por vigilar meticulosamente a ciudadanos del común, muchos de los cuales eran presionados para espiarse entre ellos.
En la década de los 80, Putin trabajó como espía para el Comité para la Seguridad del Estado (KGB), los servicios de inteligencia de la entonces Unión Soviética, en la ciudad alemana de Dresde.
Y fue precisamente en esa ciudad donde se encontró el carné, en el archivo de la Stasi.