Una esperanza de paz se asoma para la mayor crisis humanitaria del mundo en los últimos años.
Por primera vez en más de dos años, representantes de las fuerzas gubernamentales de Yemen se reunirán en Suecia este jueves con enviados de los rebeldes hutíes bajo el auspicio de Naciones Unidas para intentar encontrar una solución a una guerra que ya provocó una de las peores hambrunas de la historia.
Desde que comenzara el conflicto hace tres años, se estima que al menos 10.000 personas han muerto, más de 8 millones viven en la hambruna y, según estimaciones de la organización Save the Children, más de 85.000 niños menores de 5 años perdieron la vida a causa del hambre.
Pero ahora, tras un largo lapso de renuencias a cualquier tipo de diálogo, las partes han aceptado sentarse otra vez a la mesa desde un fallido intento en 2016.
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Johannesbergs, un castillo en las afueras de Estocolmo, será el escenario que reunirá a líderes opositores hutíes (que son respaldados por Irán) y los representantes del gobierno yemení (que han tenido el apoyo de Arabia Saudita y una coalición de países de Occidente).
Mohamed Abdi, director de Yemen para el Consejo Noruego para los Refugiados, consideró que las conversaciones podrían ser una posibilidad para "un cambio inmediato" en la situación del país… o una puerta para una catástrofe mayor.
"Si el diálogo fracasa, o se estanca, también lo harán las esperanzas de detener el constante descenso de Yemen hacia el infierno", afirmó en un comunicado.