Quien solo la conoce por su música y sus excéntricos vestuarios podría llevarse una sorpresa con esta nueva faceta suya.
Lady Gaga, uno de los íconos de la música popular moderna y ganadora de seis premios Grammy, ahora debuta como actriz principal en una producción de Warner Bros. Pictures.
Se trata del tercer remake del drama musical Nace una estrella (A star is born, título original en inglés), un filme que se hizo por primera vez en 1937 y que muchos anticipan como el boleto de la cantante y compositora hacia el Oscar.
Nace una estrella -que ya ha sido presentada en importantes festivales de cine en ciudades como Venecia, Toronto y Londres- se estrena este viernes en los cines de Estados Unidos.
Los medios especializados han aclamado la producción de manera general, que incluye el debut de Bradley Cooper como director, a la vez que acompaña a la cantante en el otro papel protagónico.
Pero tanto o más que el talento de Gaga ante las cámaras, los críticos coinciden en la impresionante vuelta de tuerca que representa esta nueva faceta de una artista a la que es poco común ver reflejada en la pantalla como una persona común y corriente, con sus miedos e inseguridades.
Una gran transformación
El filme relata la historia de amor entre Ally (Lady Gaga) y Jackson Maine (Bradley Cooper). Él es un cantante de música country cuya carrera va en decadencia, cuando la conoce ella: una joven tímida con aspiraciones en la industria de la música.