Imagina que, de pronto, sin una explicación aparente, se apaga toda una ciudad. O un avión se desvía de su rumbo o se detiene una central nuclear.
Las autoridades investigan y no encuentran ningún fallo técnico.
¿Cómo es esto posible? ¿Podría haber una mano "enemiga" detrás de esos "efectos inexplicables"?
Los expertos en seguridad creen que sí y aseguran que ya es una amenaza real.
Los llaman "ataques ciberfísicos" y son una combinación de softwares y tecnologías que pueden causar un impacto negativo en casi cualquier esfera del mundo real de maneras que anteriormente solo eran posibles por medios físicos.
"Esto se consigue mediante la inclusión de un código malicioso en los dispositivos directamente afectados u otros que pueden ser usados directa o indirectamente para influir en el objetivo", explica a BBC Mundo Rubén Santamarta, consultor principal de la firma de seguridad IOActive.
Y según el experto, a diferencia de los tradicionales hackeos o ataques informáticos contra softwares, los ciberfísicos son capaces de modificar o influir en el estado físico de materiales o elementos vivos para crear situaciones excepcionales, como rotura de infraestructuras, explosiones o efectos adversos para la salud.
Para muchos especialistas, las redes eléctricas, las sistemas de comunicaciones y las empresas que ofrecen servicios fundamentales pueden ser objetivos de estos ataques, como ha sucedido en los pocos reportados hasta ahora.