De oráculo a… sashimi.
El pulpo que predijo todos los resultados de Japón en el Mundial de Rusia fue sacrificado y transformado en un platillo japonés.
El molusco, llamado Rabio, obtuvo el estátus de profético después de un experimento en una piscina.
Sin embargo, Kimio Abe, el pescador que lo atrapó, pensó que haría más dinero si lo vendía como comida más que por sus dotes de clarividente.
Según medios locales, Kimio decidió que su sustento era más importante que la fama del animal.
El próximo oráculo
Rabio —un pulpo gigante del Pacífico— predijo el triunfo de Japón contra Colombia, así como el empate con Senegal, indicando los resultados moviéndose hacia distintos lugares de la piscina.