La llamaron "Prudencia la loca". Pero a ella no le importó.
La ridiculizaron por ser mujer, madre soltera e indígena.
Sin embargo, Prudencia Ayala no dejó de luchar por lo que creía que eran sus derechos como mujer ciudadana en El Salvador.
Incluso se postuló a la presidencia de ese país en 1930, cuando aun las mujeres no tenían derecho al voto.
"Era una mujer muy audaz para su tiempo, se enfrentó a los máximos poderes y a la burla social", la describe Carlos Henríquez Consalvi, director del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador.
La historia y los medios de comunicación la olvidaron tras su muerte en 1936.
Pero en la actualidad, grupos defensores de los derechos a la mujer la tomaron como un ejemplo y utilizan su imagen y nombre como bandera.
¿Quién fue Prudencia Ayala?
La vida de Prudencia Ayala no fue fácil, como la de muchas mujeres a fines del siglo XIX principios de siglo XX que reclamaban por la igualdad de derechos en todo el mundo.
Y para agregarle más dramatismo, su vida estuvo teñida por un halo ‘mágico’ desde el inicio.
Prudencia nació el 28 de abril de 1885 cerca de Sonzacate, en el departamento de Sonsonate, en El Salvador, cuando su madre cabalgaba en el medio del campo en una noche de tormenta, según reconstruye el Museo de la Palabra y la Imagen.
Su infancia fue muy pobre por lo que no está claro si pudo terminar sus estudios primarios.
Y siendo muy joven empezó a escuchar voces misteriosas que le revelaban el futuro, según se desprende del archivo de la familia de Prudencia que obtuvo el museo.
Siendo ya adulta publicó poemas, libros y manifestaciones de sus ideas a favor de los derechos de la mujer en el diario que fundó: Redención femenina.
"No tenía educación, su misma escritura es muy ingenua y no tenía a nadie a su alrededor que la ayudara. Yo creo que era una autodidacta. Imagino que leía mucho los ecos que venían de Estados Unidos y de Inglaterra", le dice Carlos Henríquez Consalvi a BBC Mundo.