Su relación con la música fue excepcional desde que era muy pequeño.
Michael Fullers, de 17 años, tiene una forma leve de autismo que le hace ver el mundo a través de los sonidos, lo que le permite crear melodías a partir de los ruidos que escucha en la calle.
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Para él es mucho más normal y fácil hacer música que interactuar con otras personas.
Desde los 11 años es capaz de interpretar a Mozart de oído. Aprendió a tocar el piano solo, simplemente con una aplicación para celular.
Él describe su habilidad como si consiguiese "descargarse de la cabeza" las canciones.
Nadine, su madre, recuerda que cuando Michael aún era un niño, se giraba y le decía: "Compuse una sinfonía".
Descubrimiento fortuito
El talento de este joven fue descubierto por casualidad. Su profesora de música lo escuchó cantar para él mismo en el pasillo y se ofreció a formarle para limar su talento natural.
A día de hoy sigue dándole clases para que reciba su diploma oficial en estudios de música en el Instituto Richmond, cerca de Londres (Reino Unido).
La genialidad de Michael se extiende también a los instrumentos.
La primera vez que tocó un piano se dio cuenta de que lograba rápidamente interpretar piezas complejas, de memoria.
"Me gustaba lo que oía así que empecé a buscar más música y estudiarla a través de Google y YouTube. Era algo muy natural, la escuchaba en profundidad y después era como si se implantara en mi mente", recuerda.
"Después podía tocarla directamente en el piano".
Composición
Poco después de aprender a tocar el piano, ya de adolescente, empezó a componer sus propias sinfonías.
Él describe el proceso como "hacer música con la mente" y asegura que "la música le ayuda a expresarse y a estar tranquilo".