El canal de YouTube de Arya Mosallah tenía más de 650.000 suscriptores. Pero, con solo 17 años, su carrera como "youtuber" llegó a su fin cuando publicó un video titulado "Tirando agua en la cara de la gente. PT 2".
Grabó cómo se aproximaba a varias personas y, tras una breve conversación, les lanzaba un vaso de agua a la cara.
Muchos de quienes lo vieron pensaron que el británico quería llamar la atención simulando ataques de ácido, ya que en los últimos dos años hubo un aumento en Londres y otras ciudades de Reino Unido.
El video de Mosallah fue criticado por varios medios, y también por víctimas, incluida Resham Khan, quien sufrió quemaduras graves en el rostro tras ser blanco de estos ataques.
La plataforma de videos de Google reaccionó eliminando su canal. Y también un segundo canal que intentó abrir después.
"Esta cuenta se ha cancelado debido a infracciones graves o reiteradas de la política de YouTube relacionada con la prohibición de contenido diseñado con fines de acoso, intimidación o amenazas", se lee ahora al intentar acceder a la cuenta.
Según le contó el "youtuber" a la BBC, su intención no era hacer referencia a los ataques de ácido. "Nunca mencioné nada sobre el ácido en el video, ni en el título ni en los comentarios. Los medios de comunicación me demonizaron", expresó.
Pero Mosallah no es ni mucho menos el primer "youtuber" en meterse en problemas por videos con bromas pesadas que resultan ofensivas.
Su historia, junto a la controversia generada por Logan Paul —quien causó indignación al filmar el cadáver de una víctima de suicidio en Japón— ha logrado llamar la atención acerca del contenido más extremo que se publica en YouTube.
Y aunque parece que cada vez son más este tipo de videos y se habla más sobre ello en los medios, el fenómeno no es nuevo.