América Latina está a punto de volver a una situación que le era ajena desde hace más de una década: todos los países de la región estarán en breve presididos por hombres.
Esto es lo que marca el triunfo electoral en Chile del empresario multimillonario Sebastián Piñera, quien sucederá a la actual presidenta Michelle Bachelet a partir de marzo.
Cuando Bachelet asumió su primer mandato en 2006, América Latina parecía cambiar su historia de domino masculino absoluto en los cargos más altos de poder.
Al año siguiente ocurrió la victoria de Cristina Fernández de Kirchner en las presidenciales de Argentina y en 2010 la tendencia se afianzó con la elección de Dilma Rousseff en Brasil y de Laura Chinchilla en Costa Rica.
De pronto, la región sorprendía al mundo como un lugar donde la igualdad de género en la política se volvía algo más que un simple eslogan, pese a su vieja tradición machista.
Pero ahora que América Latina se quedará de un día para el otro sin presidentas por un tiempo desconocido, algunos advierten que podría desandarse al menos parte del camino recorrido para apoderar a las mujeres.