Ya no es tan fácil ubicarse en el panorama político de Chile.
Durante décadas, el ejercicio fue relativamente sencillo: por un lado, se hablaba de la centroizquierda, representada por la coalición que recuperó la democracia en 1989, incluyendo desde los sectores más conservadores de la democracia cristiana hasta -en los últimos años- el Partido Comunista.
Por el otro, se ubicaba la derecha, representada por los sectores que votaron para que el general Augusto Pinochet se mantuviera en el poder o trabajaron con los militares en temas claves, como el diseño de la Constitución o la privatización de las compañías públicas.
Pero las cosas parecen haber cambiado en el país. Y, sin importar quién gane la elección entre Alejandro Guillier y Sebastián Piñera este domingo, la campaña presidencial y el resultado de la primera vuelta reflejan cierto reacomodo del panorama político en la nación sudamericana.