"Es una locura. Esto significa que ya no tengo hemofilia, que estoy curado".
Así de contento se muestra Jake Omer, de 29 años y originario de Billericay, un municipio de Essex, condado del este de Inglaterra.
Es uno de los 13 pacientes —todos hombres — que fueron sometidos a una innovadora terapia contra la hemofilia A y cuyos resultados han llevado a los expertos a asegurar que están en camino de encontrar la cura definitiva contra esta enfermedad hemorrágica hereditaria.
Fueron tratados en el Barts Health NHS Trust, un centro especializado del sistema de salud público británico en Londres, y un año después ninguno necesita inyecciones diarias para evitar complicaciones que podrían conducirlos a la muerte.
La hemofilia A es el tipo más común de esta enfermedad eminentemente masculina que afecta a uno de cada 5.000 hombres en el mundo.
El cuerpo de quienes lo padecen no genera factor VIII, una glucoproteína contenida en el plasma sanguíneo y que es indispensable para la coagulación.