No quedan veteranos de la Primera Guerra Mundial vivos en Estados Unidos.
Pero un siglo después del conflicto que cambió el mundo, un nuevo monumento se erigirá en Washington D.C. para los 4,5 millones de estadounidenses que pelearon en esa contienda.
EE.UU. ingresó a la guerra en 1917. Las potencias europeas llevaban tres años enfrentándose hasta llegar casi a la destrucción.
Unos 53.000 soldados estadounidenses murieron en combate, de acuerdo con el Departamento de Defensa, mientras que 64.000 murieron fuera del campo de batalla, incluyendo fallecidos por la epidemia de influenza. Otros 200.000 fueron heridos.
En ese momento, pocos en EE.UU. querían unirse a un conflicto que, en su mayoría, consideraban inútil e irrelevante.
A pesar de su profundo impacto en lo que luego se conocería como el "siglo estadounidense", la Primera Guerra Mundial continúa siendo un conflicto marginal para muchos en el país.
"La Gran Guerra" fue superada en la conciencia nacional por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, dice Edwin Fountain, vicepresidente de la Comisión del Centenario de la Primera Guerra Mundial.