"Ayacucho" significa en quechua "el rincón de los muertos", pero sus esquinas están vivas de recuerdos.
Las casas, las palabras y la memoria de quienes habitan los pueblos y la ciudad homónima de esta región de la sierra sur de Perú están imbuidas de la presencia de aquellos que murieron y desaparecieron en las dos últimas décadas del siglo XX.
Decenas de miles de personas -la cifra exacta no se conoce, pero se calcula que asciende a 60.000- saldaron con su vida el conflicto armado entre el grupo maoísta Sendero Luminoso y el Estado.
Entre ellas, hay al menos 7.000 detenidos-desaparecidos que probablemente fueron asesinados y enterrados en fosas masivas secretas. A sus familiares nunca les dijeron dónde están ni qué ocurrió. Más de tres décadas después, siguen buscando respuestas.
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"La gran mayoría son mujeres, aunque sólo representan el 20% de los desaparecidos. Son las sobrevivientes un régimen de terror y obediencia que les sometió a abusos sexuales y trabajos forzados, y también las viudas y huérfanas", le dice a BBC Mundo Ángela Ponce Romero, una joven fotógrafa de 23 años que estuvo tres visitando esas comunidades.