Hace quince años, alguien se quitó la vida arrojándose a la vía al paso del tren que manejaba Andy Botham.
Un momento fatídico que este veterano maquinista no ha olvidado.
Botham, de 50 años y vecino de Matlock, en el condado de Derbyshire, Inglaterra, contó a la BBC cómo sobrelleva esa traumática experiencia.
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Como él, muchos conductores de convoyes ferroviarios tienen que vivir con el recuerdo de que iban a los mandos de un vehículo que alguien eligió como la forma de quitarse la vida.
Este es el testimonio de Botham:
"Puedo recordar cada segundo de lo que sucedió.
A 200 kilómetros por hora, para cuando te das cuenta de que hay algo, es imposible parar.
Cuando ves esa persona en pie enfrente de tu tren haces todo lo que puedes para hacerle quitarse de la vía. Tocas la bocina, activas el freno de emergencia…
Pero luego te sientas a ver qué sucede y todo pasa a cámara lenta.
Esa imagen se repite en tu cabeza una y otra vez.