Desde los últimos instantes del primer tiempo, los miles de aficionados en el Rodrigo Paz Delgado pedían y clamaban, por el ingreso de John Yeboah.
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El grito del apellido del germano-ecuatoriano terminó hasta por distraer a los peruanos que no dudaron en regresar a ver al banquillo y descuidar, por breves instantes, a Enner Valencia que volvió a reencontrarse con el gol y anotarle a Perú para conseguir su primer tanto en Casa Blanca con la casaca tricolor.
Pero el ingreso de Yeboah terminó ser más relevante que el gol, aunque suene absurdo. Pero la razón es una y directa: arrechera.
Es que nuestro goleador histórico ya no corre como antes, su olfato de gol es escaso y se ha transformado en un meme más que en una carta irrefutable en ataque.
Por su parte, John Yeboah es el claro ejemplo que si tiene una oportunidad con el esférico va a tratar de sacarle el jugo. No solo imprime otro ritmo al partido, además contagia con su carácter al equipo que ya no busca el retroceso sino el ataque vertiginoso.
En resumen, su exceso de vitamina H es lo que los fanáticos ecuatorianos resaltan y tanto piden en un jugador que viste la piel del país.
