Brasil necesitaba un sacudón de talla de un ganador de Champions League. La Canarinha muestra un juego incipiente, muy lejano a su época del Joga Bonito pero la presencia de Vinicíus Jr. ha devuelto la esperanza a los cariocas.
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Los pentacampeones del mundo no encontraban la ruta del gol ante Paraguay este viernes 28 de junio. Un planteamiento similar a lo mostrado por Costa Rica en la primera fecha trataron de emular los guaraníes, pero no siempre contener al delantero del Madrid es tarea sencilla.
Al minuto 35 el joven de 23 años tejió una jugada que le bastó para celebrar el primer gol de la Canarinha en el presente torneo, además de lanzar un reclamo a la afición. Brasil logró meterse en la cabeza de sus rivales, un acto más a cargo de Vini que demuestra tener inteligencia y habilidad en su humanidad.
Bastó un problema en la zona medular, para que Paraguay se enfoque en la gresca y descuide lo más importante del campo: el esférico. Al minuto 43 llegó el tanto de Savio Moreira y, minutos después, llegó el doblete del nacido en Río de Janeiro.
Pese al resultado parcial que mostró Brasil, al final de los 45 minutos, quedan grandes dudas por lo necesario que es Vini en el planteamiento de Dorival Junior. Sin el extremo, la Verdeamarela luce desprolija y carente de ideas.
Brasil llegó como favorita para el torneo de selecciones más antiguo del mundo, pero en cancha ha comenzado a demostrar que los tiempos del juego vistoso y dominante en posesión está en decadencia o al menos, para los optimistas, en una gran pausa.
