Una de las favoritas para quedarse con la Copa del Mundo acaba de decepcionar. Se trata nada más y nada menos que la Argentina de Lionel Messi que acaba de caer por 2-1 ante Arabia Saudita, el rival que en la previa era al que había que golear.
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Por la calles de Doha se veía el optimismo de los argentinos. “No tienen oportunidad” decían los aficionados albicelestes a los árabes. “Al menos 3-0 les ganamos”, agregaba Sebastián Pérez, hincha argentino que viajo a ver a la “Scaloneta”.
Sí, es la misma Argentina que viene de ganar la Copa América ante Brasil y la “Finalissima” ante Italia. Ese equipo que arrastraba un notable invicto, puesto que la última caída de Argentina fue la derrota por 2-0 ante Brasil en la semifinal de la Copa América 2019.
Argentina llevaba sin perder nada menos que 36 partidos: 10 fueron amistosos, 8 de Copa América, 17 de eliminatorias rumbo a Qatar 2022 y la Finalissima. Con esta cifra, la escuadra de Lionel Scaloni superó los números históricos del “Coco” Basile al mando de la “Albiceleste”, con 31 partidos oficiales sin perder entre febrero de 1991 y agosto de 1993.
Hoy, la gran favorita, la que todos ponían en la final, la que llegaba como un gran equipo, perdió ante un discreto Arabia Saudita, provocando el rechazo de los casi 80 mil hinchas que acudieron al Lusail Stadium que no sabían si era una pesadilla o una realidad.
En el primer tiempo, Argentina fue inmensamente superior y parecía que iba a reflejar todo ese dominio en el marcador, ya que a los 10′ ya ganaba gracias a un gol de penal de Lionel Messi. Después vinieron un par de goles anulados a Lautaro Martínez, ambos por milimétrica posición de adelanto.
Argentina se fue al descanso ganando por la cuenta mínima y con cierta tranquilidad, ya que el trámite del partido le permitía proyectar un complemento similar al primer tiempo. Sin embargo, en el arranque de la segunda mitad Arabia Saudita dio el gran golpe con dos estocadas que resultaron ser fatales: Saleh Al Shehri (48′) y Salem Al Dawsari (53′) anotaron sendos golazos para dar la gran sorpresa.
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Tras ello vino una eternidad para Arabia Saudita. El equipo comandado por el francés Hervé Renard se dedicó a resistir y cuidar la ventaja, y lo pudo hacer a punta de un correcto trabajo colectivo y una trascendental actuación individual del arquero Mohammed Al Owais, quien se alzó como la figura del encuentro.
Sabido es que el Mundial es hermoso y trae muchas sorpresas. En el fútbol, todo es posible y la fiesta hoy es de los árabes y no de los argentinos. Esta noche en Qatar, no se bailará tango.
