La crisis energética actual que se vive en Ecuador ha impulsado a muchas industrias a reinventarse y la construcción es una de ellas, ha transformado en oportunidad de desarrollo esta crisis e implementado nuevos métodos como la eficiencia energética y la incorporación de tecnologías avanzadas.
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El diseño bioclimático, que optimiza la ventilación y la iluminación natural, la tecnología BIM (Building Information Modeling) que permite una mejor gestión de los proyectos, así como procesos de optimización para reducir tiempos de ejecución, mejorar la calidad y minimizar desperdicios, son entre otros, los nuevos rostros de la construcción.
Y es que son estos nuevos procesos, que ya se están implementando a nivel internacional, acogidos a nivel local y valorados por sus consumidores, quienes también buscan sistemas de domótica y automatización para reducir tiempos de ejecución de las actividades cotidianas e incluso enfoques como la bioconstrucción, la biofilia (conexión natural que los seres humanos tienen con la naturaleza) y el diseño pasivo que integran elementos naturales en las edificaciones.
Patricio Cabal, arquitecto, especializado en arquitectura sostenible y acreditado GA (Leed Green Associate) otorgado por el Green Building Certification Institute (GBCI) que acredita los conocimientos sobre construcción sostenible y los principios de liderazgo en verde; destaca las nuevas tendencias en construcción que van ligadas con la búsqueda de ambientes frescos, acogedores, aislados del ruido y cerca de todo, para enmarcarse en ciudades de 15 minutos:
“Actualmente los diseños van enfocados en áreas de doble altura que optimizan la ventilación y permiten mayor acceso a la iluminación natural y si esto va acompañado de construcciones sobre áreas altas como montañas, brindarán mayores beneficios como vistas panorámicas espectaculares, conexión con la naturaleza y ambientes más tranquilos, alejados del ruido urbano”, comparte.
Asegura que el 17% del área total está destinado a espacios verdes, equivalentes a 51,781.61 m². Estas áreas fomentan un ambiente saludable y un estilo de vida en armonía con la naturaleza.
“Además, los terrenos rocosos proporcionan una base estructural sólida, lo que aumenta la estabilidad y seguridad de las edificaciones. Estos factores hacen que este tipo de proyectos sean altamente valorados en el mercado inmobiliario”, dice.
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Una urbanización de este tipo que ya se construye actualmente en Daule, es Ciudad Vistana, que consta de 522 casas, y se pretenden construir 1100 unidades más y 790 departamentos.
Está generando actualmente 300 plazas de empleo directas y 1000 plazas de empleo indirectas y se proyecta a generar el doble con la siguiente parte del proyecto. Contará con 120 locales comerciales que facilitarán la vida de quienes la habiten.
Cabal sostiene que invertir en bienes inmuebles es una decisión estratégica. Las propiedades no solo preservan el valor del dinero frente a la inflación, sino que también generan ingresos pasivos a través de alquileres y se revalorizan a largo plazo. En un contexto económico incierto, representan una forma segura de construir patrimonio familiar.