En Ecuador existen más de 3,6 millones de madres, las cuales deben equilibrar su vida familiar y laboral para sacar adelante a su familia y crecer profesionalmente.
La mamá moderna afronta muchos retos y responsabilidades. Escuchar todo lo que debe hacer una mamá desde que inicia el día puede sonar agotador: preparar a sus hijos para la escuela, preocuparse de su alimentación, organizar las tareas del hogar; junto a las actividades que corresponden a su trabajo en oficina o en su emprendimiento, sus estudios, entre otros.
Sin embargo, pero eso no implica que no pueda cumplir con todo lo que se propone, y muchas madres han demostrado con éxito que pueden llevar a cabo lo que necesitan y mucho más.
¿Cómo ser una mamá ejecutiva y feliz?
La felicidad es una elección de vida, la cual ayuda a matizar el presente y proyectarse a futuro. Bajo esta idea, planificar el día entre ser mamá y una excelente profesional será más fácil si se definen prioridades, metas específicas y se hace un seguimiento para que se cumplan.
1. Organización
Toma tiempo lograr que varias acciones se conviertan en hábito, pero si no se hace este esfuerzo, costará mucho más alcanzar todo lo que mamá debe hacer. Se puede empezar por cosas pequeñas: en casa se puede motivar a que los hijos pequeños empiecen a tomar en serio sus responsabilidades, como alistar su uniforme y útiles la noche anterior, cuidar el orden de su dormitorio, y empezar a asignarles tareas específicas que puedan realizar según su edad.
Cuando los pequeños logren hacer por sí mismos estás tareas, mamá tendrá más tiempo de enfocarse a preparar sus pendientes laborales o de estudios. Incluso, permitirá distribuir de mejor manera el tiempo de disfrute familiar.
2. Delega responsabilidades
Tiene que ver con lo que mencionamos en el punto anterior, incluso aplica en lo laborar. En casa, se puede distribuir tareas y responsabilidades a los miembros de la familia, haciéndoles ver lo importante que es para la convivencia el cumplimiento de esa actividad. En el trabajo, si se tiene a cargo a un equipo, se puede distribuir los pendientes y dar seguimiento; de lo contrario, la sugerencia sería cumplir con todos tus pendientes diarios, sin posponerlos, para que no se acumulen al final de la semana.
3. No sentir culpa
A veces se tiene un “ideal de la maternidad” que no aplica en la realidad y puede hacer que mamá se sienta frustrada por no “ser tan perfecta” como supuestamente lo son otras mujeres.
El que una mamá deba trabajar por ser el sustento de su familia, no la hace más ni menos importante que otra mamá que puede laboral desde el hogar. Cada caso es diferente, por lo que cada madre sabe cómo dirigir su familia, dependiendo de las circunstancias que enfrenta. Lo importante es que estas ideas negativas, que a veces son inevitables, no opaquen las metas que quieres alcanzar: qué los hijos cuenten con educación de calidad, que pueda continuar sus estudios o capacitación, etc.
Una mamá no debe ser dura consigo misma, porque cada una sabe que hace lo mejor que puede con todo el cariño que posee para sí mismo y los suyos.
4. Mantén contacto siempre
Por el trabajo no siempre se puede estar con todos los miembros de la familia. A veces mamá debe doblar horas de trabajo o ausentarse por unos días, pero una llamada o mensaje con los hijos puede ayudar a que la comunicación no se interrumpa y puedas seguir pendiente de ellos.
Cabe recalcar que ser madre no implica el fin de una carrera profesional. Por el contrario, destacan algunas habilidades que se van perfeccionando, como el de la empatía, organización, manejo del tiempo y la responsabilidad.
5. No descuides tu apariencia
Ser mamá no implica que debas usar vestimenta fuera de tendencias. En su lugar, una mamá ejecutiva siempre debe verse bien, acorde a su perfil laboral, sin necesidad de dejar a un lado la comodidad.
Se puede optar por los colores mate o looks monocromáticos, que son los más rápidos de combinar. No se deben olvidar los accesorios y unas zapatillas o zapatos cómodos.