Jaime Vinces es Director Comercial de Yara para Ecuador, Perú y Bolivia. Es ecuatoriano y trabaja hace más de 6 años en esta multinacional noruega que lleva más de 116 años de existencia, y en Ecuador alrededor de una década.
“Yara ofrece al agro ecuatoriano soluciones nutricionales eficientes y sostenibles para los cultivos, como: arroz, cacao, banano, entre otros, para que mejore su rendimiento de manera amigable con el ambiente”, indica Vinces.
¿Qué es Yara y cuáles son sus objetivos en el mercado?
Uno de los primeros inventos para alimentar la creciente población del mundo fue la fertilización. Con lo que el suelo produce, no podríamos satisfacer la necesidad actual de alimentos. Hoy nos enfrentamos a un gran desafío: al 2050 seremos cerca de 10 mil millones de personas y para alimentarlas necesitamos crecer al menos un 50% más en la producción de alimentos.
Pero el recurso es uno solo, la tierra arable y cultivable tiene que producir más y la única forma es hacerlo en el mismo terreno es cuidando el planeta.
Es ahí cuando Yara ofrece a los agricultores, pequeños, medianos o grandes, fertilizantes que mejoren su rendimiento, pero reduzcan al mismo tiempo los gases de efecto invernadero.
¿Cómo lograr ese objetivo?
Como Yara tenemos una ambición: para los próximos años cultivar este futuro alimentario positivo para la naturaleza. Para esto, uno de los pilares importantes es promover la ruralidad, es decir, que el agricultor pueda encontrar formas de hacer viable y próspera su actividad, para que sembrar cacao, arroz o maíz, sea el sustento para su familia, pero a la vez que el país tenga una agricultura rentable. Eso promueve la sostenibilidad económica, sin duda.
Uno de los fenómenos que vemos actualmente es la media de la edad del agricultor, que está en 30 -40 años. A la generación que viene le cuesta ver en el campo una actividad que represente rentabilidad, pero sí funciona en la medida en que se encuentre la forma de hacer mucho más productivo el cultivo. Nuestros productos están pensados para una agricultura de precisión.
También promovemos la diversidad de género y tenemos un caso de éxito. En Manabí, desde hace cinco años trabajamos con una comunidad de mujeres que produce maíz. Cuando llegamos producían no más de 80 quintales por hectárea, hoy hacen 200. Básicamente, nuestro aporte consistió en entender los momentos claves para nutrir la planta y darles el producto adecuado que les ayude a eficientizar su rendimiento.
¿Cuál es su factor diferenciador?
Desde el 2017 hicimos un cambio en el modelo de negocio con una inversión importante en el equipo de trabajo para poder llegar a la gente en campo. Nuestras herramientas de trabajo son las guías de campo, los entrenamientos técnicos, armar parcelas, mostrar los rendimientos. Nuestra diferenciación, más allá del producto que tiene una base de nitrógeno con un balance que hace que pueda absorber de manera más rápida y volatilizar menos, tenemos más de 116 años de experiencia en trabajar en diferentes lugares del mundo y llevar esa red de conocimientos a países específicos. En Ecuador, en los últimos 6 años hemos capacitado a más de 35 mil agricultores y en nuestras escuelas de cultivo hemos graduado entre 100 a 200 mujeres.
¿Cómo logran llegar a su aliado, el agricultor?
Vendemos directamente al agricultor a través de un canal de distribución nacional con un equipo de 18 personas en campo, además de nuestros partner distribuidores.
Hacemos alianzas para cultivar esta cultura alimentaria y hacemos convenios con empresas de la cadena de alimentos. Son compañías que necesitan materia prima agrícola que les permita reducir su huella de carbono y que el insumo que utilicen les genere más producción. Ahí es cuando nuestros productos toman protagonismo.
Además, esto se acompaña con capacitación y transferencia técnica. Por ejemplo, el pasado 8 de marzo, una de nuestras agrónomas junto a la compañía partner y una de nuestras distribuidoras, capacitaron a 200 agricultores cacaoteros para enseñarles cómo nutrir la planta en esta temporada para que tengan un mejor rendimiento, poniendo a su servicio las tecnologías de Yara, iniciando con nuestros productos, servicios de análisis de suelo y muy pronto con monitoreo digital.
Esta innovación nos permite dar un siguiente paso, a la agricultura regenerativa para cuidar la microbiota del suelo, con los nutrientes que necesita, ni más ni menos, a través de un análisis de suelo. Eso significa eficientizar el uso del fertilizante, que el agricultor aprenda tecnologías y que utilice aplicaciones para analizar su parcela. En este sentido, la bioestimulación es una nueva línea de productos que ofrece Yara y que agrega materia orgánica al suelo.
¿Qué papel juega Yara en el cuidado del ambiente?
El otro pilar de Yara es la neutralidad climática. Somos productores de fertilizantes en las plantas ubicadas en Europa, Estados Unidos y una en Colombia. Cada una de ellas trabaja en proyectos importantes de reducción de huella de carbono porque tenemos un objetivo de reducir un 30% la huella de carbono hasta 2030 y llegar a ser carbono neutro al 2050.
¿Qué proyectos a futuro se están trabajando?
Uno de los proyectos más grandes es la producción de fertilizante verde. El fertilizante está compuesto de nitrógeno, fósforo y potasio, y para fabricarlo, se utiliza gas natural para procesar el nitrógeno. Nuestra propuesta es utilizar energía renovable a partir de una hidrólisis del agua, con electricidad que provenga de fuentes renovables.
Hemos hecho las primeras alianzas en Argentina para poder vender nitrógeno verde que reduce casi un 99% de la huella de carbono.
Incluso, hace poco, se nos ha certificado un cultivo en el que, usando nuestro programa de nutrición vs. un programa tradicional, logramos reducir un 70% de la huella de carbono. Esto es alentador, dado que en los mercados europeos se exige este tipo de estándar.
Y es que, si bien nuestro negocio es la venta de fertilizantes, nos consideramos una compañía que busca a través de la transferencia de conocimiento, capacitación, poner al alcance del agricultor las tecnologías que estén a nuestro alcance para hacer más eficiente y sostenible su producción.
¿Qué oportunidades existen en Ecuador?
Ecuador es un país agropecuario, con una producción importante de cacao, flores, banano, y un rubro muy grande de exportación de productos como café, aguacate, pitahaya, frutas tropicales, donde vemos una gran oportunidad de aportar y entrar con todo en el mercado.
El país cuenta con 2,4 millones de hectáreas cultivables: en la Costa son importantes el arroz, el banano, el cacao; y en la sierra tenemos una importante producción de flores, pasto y papa.
El campo es rentable en la medida en que aplicas prácticas agrícolas eficientes y sostenibles. La agricultura en el Ecuador tiene que ser atendida y el agricultor está muy ávido de conocimiento.